Una mujer en California entró a un KFC a pedir comida, pero los empleados le negaron el servicio porque no llevaba el cubrebocas obligatorio, por lo que ella se enfureció y llegó al punto de pararse en el mostrador a exigir sus alimentos y amenazar a los dependientes.
La clienta desafió a los empleados a llamar a la policía e incluso llegó a amenazar a una trabajadora con apuñalarla si no le daban de comer. Al final, la mujer se marchó del establecimiento diciendo que la comida ahí era “asquerosa”.
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